sábado

23/08 – 23/09


Un mes, un largo duro e interminable mes desde que te fuiste al cielo Emanuel. Desde que nos dijiste a todos que tu misión en la tierra ya había concluido, que nos habías hecho felices muchos años, que era hora de mirarnos desde arriba y acompañarnos para siempre, que tu vida se cansó de luchar. Que tus fuerzas se acabaron y decidieron llevarte a un lugar mejor, a un lugar donde hay paz y podes ser feliz para siempre.
Y si tuviera que expresar de alguna forma lo que sentí al pasar los días en este mes, no creo poder. Fueron tantas cosas juntas, tristeza... soledad entre otros sentimientos que siguen hoy en mí. ¿Y cómo volver a sonreír sin vos Emanuel? Que duro es aceptar después de un mes que no va a volver a ver retos tuyos, que no van a volver a estar junto a mi tus ojos y tus abrazos. Que tengo alguien en quien pensar por el día y quien soñar por las noches, saber que vivís para siempre en recuerdos y en mi memoria. Vivir con el vacío que me dejo tu ida al cielo. Vivir con el constante cargo porque me quedaron muchas cosas por decirte, muchísimas cosas que vivir, y mil otras por agradecerte. Porque fuiste el mayor responsable de mi felicidad los últimos 4 años. Si, ya cuatro años hermano... desde esos días de verano que pasábamos siendo tan solo dos “nenes”, aprendiendo a soñar y a crecer juntos, sabiendo que nos íbamos a tener para siempre, que nunca uno le iba a faltar al otro. Que hasta planeábamos irnos a vivir juntos...
El día que caí que no estabas como siempre, que estabas en un cama sin poder hacer nada, que ibas evolucionando con el pasar de los días, que apenas podías decir algunas palabras, que te estabas quejando, que me habías prometido venir a hablar con mamá y a tomar la leche a casa... que tus últimas palabras fueron un: YO TAMBIÉN. Respondiendo a un “te amo” mio.... no sabía como reaccionar, tenía muchísima fe en vos, sabía que te ibas a salvar, y aunque para muchos no fue así, para mi lo fue, porque te salvaste sabes? Ahora sos feliz como siempre soñamos, como lo teníamos planeado. En esos días que nada parecía hacerme feliz, que sabía que te me ibas, que me dejabas sola con todo esto, nada podía hacerme pensar otra cosa que no seas vos, nadie me veía reír como lo hacia a tu lado. Y un veintitrés de Agosto dijiste adiós y decidiste que vos y nosotros dejemos de sufrir, y te fuiste al cielo...
Todavía cuesta salir adelante sin la persona que mas quiero, sin el apoyo incondicional de alguien tan importante como un mejor amigo, todavía cuesta enfrentar las cosas sin vos, saber que tenemos que seguir luchándola siempre, sin la persona que la peleó siempre conmigo. Seguir creciendo y aprendiendo de nosotros mismos, sin la persona con la que crecimos la mayor parte de nuestra vida. Cuesta llorar y no tener esa persona rogando que no lo hagas, escuchando los motivos y llorando con vos. Cuesta caer que no hay fe que valga ahora, que la única fe que tengo es volver a verte para volver a ser feliz como antes. Son cosas que te marcan para siempre, son pérdidas irrecuperables, con motivos de llanto y tristeza para toda la vida. Son sentimientos muy profundos que nunca van a cambiar.
Si tuviera que decirte una sola oración sabiendo que la vas a escuchar sería.. ESTOY ORGULLOSA DE VOS, Emanuel.
Me enorgulleciste como nadie, me diste todo lo que pudiste y me hiciste feliz como ninguna otra persona pudo. Con tus juegos, con tus bromas, con tus risas y tus retos voy a vivir para siempre, gracias por los recuerdos más hermosos hermano, gracias por aparecer en mi vida y llenarla de vos. Sin duda, sos un loco que me alegró la vida como nadie. Gracias por volver a mi aunque sea en sueños y dejarme un poco mas tranquila, gracias por vivir siempre en mi memoria mejor amigo. Gracias por haber compartido tantos años conmigo y por nunca haberme fallado. Y si sigo por algo es porque sueño con el día que nos volvamos a ver, ese sí... va a ser el día mas feliz de mi vida.

Te amo para siempre, pichón. Y de acá con toda tu familia y todos tus amigos, te extrañamos mucho y te aseguro que no hacemos otra cosa que pensar en vos.
Gracias por tanta felicidad